¡Saludos a todos, maestra y compañeros de especialidad!
Después de leer varias veces las lecturas proporcionadas y sobre todo la de José M. Esteve quiero compartir con ustedes que se siente bastante consuelo, se alimenta la autoestima y la seguridad al descubrir que aún el mismísimo autor del artículo, con toda la preparación que pueda tener, afirma que se aprende a ser maestro por ensayo y error y que aún inclusive los maestros que estudiaron para serlo, presentan sus problemas para enseñar cuando comienzan a hacerlo, como los tenemos también nosotros, los que no estudiamos específicamente para serlo.
Recuerdo cuando inicié a dar clase, empecé con la materia de Biología y me desesperaba que los alumnos no estuvieran al nivel que yo trataba de enseñarles, por eso es bien importante lo que el autor menciona acerca de nosotros los profesionistas que no estudiamos para maestros, sobre la humildad y bajar nuestro nivel para tratar de tocar a los alumnos con conocimientos de la forma más humana posible. Eso fue hace cerca de 17 años, ahora me doy cuenta que en vez de tratar de meter conocimientos a los alumnos a la fuerza, lo cual no funciona, es importante como dice el autor, despertar su interés por saber y por investigar, el preguntarse como funcionan las cosas y el mundo. Esta falta de humildad, la observé yo con algunos de mis maestros de la vocacional y en la Universidad, a los cuales les fascinaba la investigación y les resultaba molesto bajar el mundo de los mortales y enseñarnos su cátedra, se sentía la separación entre el mundo del maestro y el del alumno y sí, definitivamente, los alumnos nos sentíamos humillados, pero por otro lado, también nos daba un nivel académico elevado, pero hay que preguntarnos a que precio.
Todo esto lo menciono por que como dice Esteve, la enseñanza es un ejercicio de ensayo y error, lo cual ahora me ha permitido establecer una buena comunicación con nuestros alumnos, establecerles límites a ellos para mantener el orden y la disciplina en clase y sobre todo desarrollar la humildad para efectivamente reconocer que estamos al servicio de los alumnos, y considero que la enseñanza que al principio era pesada y tediosa, se ha vuelto bastante divertida y gratificante, sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer y muchas cosas por aprender.
Por último quisiera comentar, no sin algo de tristeza, la parte del artículo donde Esteve dice que hoy en día en nuestra sociedad ya no se considera que la profesión de ser maestro sea importante, por que no produce ni muchos bienes ni mucho dinero, ya que esta situación refleja la salud de nuestra sociedad, donde los bienes materiales son más importantes que los conocimientos, algo que yo recalco constantemente a mis alumnos: Todos los bienes materiales se los pueden quitar, y , ¿quiénes serían sin ellos?, definitivamente nadie, lo que ellos lleguen a aprender y cultivarse, es lo que realmente va a hacer que sean alguien en la vida, nuevamente la labor de inculcar valores en los jóvenes, definitivamente hay que tratar de ser un maestro de humanidad.
viernes, 7 de mayo de 2010
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